EL ADULTO CON DOBLE EXCEPCIONALIDAD (AACCII Y TDAH) II PARTE

El adulto con esta doble excepcionalidad suele ser un superviviente en la vida. Este diagnóstico, sin ser especialmente patológico, pero sí ser cotidiano -ya que las limitaciones que provoca el TDAH forman parte de la vida cotidiana de la persona- llega a ser muy molesto y a mediatizar la vida del que lo padece. Los síntomas (que son involuntarios) le va a ocurrir varias veces en la semana o al día, depende: el perder la atención y tener olvidos y despistes, el perder el control o ser impulsivo/a, el no saber organizarse ni planificarse bien en las actividades y en la distribución del tiempo, el frustrarse fácilmente, el tener altibajos en el estado del ánimo, el que le cueste mantener la motivación interna, la toma de decisiones, el actuar antes de pensar en los impulsivos, el procrastinar dejando «para luego» lo prioritario, el comenzar cosas y no terminarlas (no son sistemáticos, sólo en lo que les motiva mucho), el programarse para un día demasiados objetivos a conseguir,…. Todos los síntomas citados no tienen por qué darse, porque en el TDAH existen tipos (déficit de atención o predominantemente inatento, predominantemente hiperactivo/impulsivo o combinado -con síntomas de los dos anteriores-) y, claro, grados, como en todo.

El adulto con AACCII y TDAH, dependiendo de qué le predomine con más fuerza en cada momento (si las AACCII o el TDAH), no suele estar diagnosticado, pero es consciente de que le ocurre algo (no sabe qué habitualmente); la mayoría de las veces, no llega a enterarse nunca porque pueden rectificar, con su alto potencial intelectual, algunas de las limitaciones que les provoca su TDAH (no todas, porque éste es un trastorno crónico) y así van siguiendo adelante, con más o menos dificultades (dependiendo de factores externos casi siempre y de la voluntad que le ponga a rectificar los síntomas TDAH). No obstante, cuando algunos llegan a consulta con ansiedad, depresión o estados depresivos, incontrolabilidad en su vida, sensación de que no rinden suficientemente a pesar de saber que son altamente inteligentes, no sabiendo organizarse ni planificarse de manera realista en su vida cotidiana, con problemas de pareja, de autoestima, de incomprensión de su entorno más próximo (la familia, el trabajo, los amigos,…), con inadaptación personal y/o social,…entonces, el diagnóstico previo a la intervención terapéutica es fundamental para que ésta sea precisa y lo más eficaz posible.

Muchas veces, un cuadro de ansiedad está camuflando una doble excepcionalidad, porque son muy propensos a desarrollarla, dado que tienen un precario control del distrés (estrés negativo) y una gran intensidad emocional.

Así mismo, muchos de ellos empiezan carreras que abandonan y se van a otras o a un módulo.También suelen cambiar a menudo de trabajo un sector importante de este grupo, porque se cansan, se aburren, y van buscando la motivación en el cambio.

Se sufre más de la cuenta con este diagnóstico, porque son personas hipersensibles e hiperactivos mentalmente, pero la resiliencia suele estar en sus vidas en momentos clave; entonces reaccionan.

Cuando, al llegar a la consulta, descubren lo que les ocurre, se les abre un mundo nuevo y suelen desangustiarse, poniendo empeño en corregir algunas de sus limitaciones TDAH e implicándose fuertemente en la terapia. Ya saben a qué atribuir lo que les ha ocurrido desde siempre o a partir de un momento dado; ahora es tiempo de mejorar su calidad de vida y evolucionar.

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