ORIENTACIONES PARA LLEVAR MEJOR EL CONFINAMIENTO CON NUESTROS NIÑ@S ESPECIALES EN CASA

A todos los niños y niñas les ha cambiado la vida, súbita y significativamente, de pocos días para acá. Junto a sus padres, la convivencia en casa es mucho más estrecha que antes y esto tiene sus ventajas e inconvenientes.

Los niños más especiales, por sus características, pueden angustiarse más conforme vayan pasando los días de encerramiento en casa. Un niño con altas capacidades intelectuales necesita hacer cosas y otro hiperactivo o con una doble excepcionalidad (como la mezcla entre altas capacidades y doble excepcionalidad) va a mostrar aún más inquietud en casa si no se organiza con él/ella un “plan de acción”.

Por eso, os propongo una serie de orientaciones e ideas para amortiguar y prevenir nerviosismos y enfrentamientos con los hijos:

1) No hace falta deciros (porque ya lo habréis hecho) que hay que explicarles con claridad y según sea la personalidad de cada niño/a, el por qué del confinamiento en casa, que sepan que tiene un sentido y que es un asunto de todos.

2) Procurar mantener hábitos y rutinas diarias adaptadas a la situación de no poder salir de casa. Hacer un planning semanal y/o diario de actividades que hacer durante el día y llevarlo a cabo en la medida de lo posible (será variado, dinámico y visual -lo colocaremos en un lugar visible de la casa para que todos lo veamos-).

3) Ayudar entre todos en casa, en estos momentos, puede ser más gratificante: poner la mesa, recoger nuestro cuarto, mantener cierto orden en casa,…, estamos en un momento en el que trabajar en equipo es la clave y podría ser recompensado por los padres (les haremos saber que estamos muy contentos con ellos por su colaboración).

4) Para los niños/as más activos e hiperactivos, el ejercicio en casa será fundamental. Haremos deporte en familia (con una tabla de ejercicios con o sin música, jugando al Twister, al pañuelito, a esconder algo en la casa y buscarlo, bailando,…).

5) Jugar en familia a juegos de mesa: al “veo, veo”, acertar acertijos y adivinanzas, el Cluedo, el parchís, la oca, tres en ralla, el Intelect, el Mikado, juegos de estrategia como “Salvar la flota”,

6) Jugamos con los juguetes de casa que no tengan nada que ver con las pantallas: los play-mobyl, los legos, las muñecas, los juegos de magia, los disfraces,…retomando así el juego simbólico que tan relegado se encuentra, hace tiempo, por las nuevas tecnologías.

7) Hacer manualidades de todo tipo y con diversos materiales (plastilina, cartones, fixo, pinturas, plásticos, bricolaje,…).

8) Leemos con ellos. Podemos representar los cuentos si son pequeños o recordarles ese libro que les compramos hace tiempo o alguien les regaló y que se encuentra en el baúl de los recuerdos.

9) Nos metemos en la cocina y los enseñamos a cocinar sano, con placer y sin estrés.

10) Aprovechar esta situación para hacer en casa “cónclaves” padres-hijos y hablar de temas “pendientes” (cómo mejorar las normas de la casa, proponer soluciones para resolver algún tema familiar y/o con algún/a hijo/a en particular, opiniones y debates sobre cómo mejorar la casa físicamente -decoración, muebles, espacios,…- o los horarios cotidianos, organizar posibles actividades juntos para un futuro -salidas al campo, a la playa, a espectáculos,…-).

11) Tenemos la oportunidad de hablar y argumentar con nuestros hijos/as más y mejor que hace tiempo. El “reloj mundial” se ha parado, pero no en las casas, donde funciona a marchas forzadas y nos da la oportunidad de resolver asuntos que antes los íbamos postergando.

10) Aprovechemos para enseñarlos a saber aburrirse, a saber estar tranquilos sin hacer nada. No es preciso estar siempre “en marcha”.

11) Un tiempo para aprender a relajarnos juntos a través de visualizaciones, relajaciones y audios que encontraremos en internet,…podríamos establecerlo a una hora determinada del día (por ejemplo, por la tarde-noche, así esto nos ayuda a entrar mejor en el sueño).

12) Las nuevas tecnologías las pueden usar, pero con moderación y con un horario, relativamente flexible, que cada familia estime conveniente. Tenemos que tener en cuenta que las pantallas, pasado un tiempo usándolas de forma continuada, producen nerviosismo y falta de atención sin que la persona siquiera lo note mientras está interactuando con la misma.

13) Y, claro, no olvidar  que los padres somos los modelos de nuestros hijos: enseñarles a conservar la calma y a tener paciencia con nuestro propio ejemplo.

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